Hay cuentos, historias, que llevan incluido un mensaje, como este cuento que os dejo esta semana. Un día un sabio maestro recibió la visita de un joven que se dirigió a él para pedirle consejo: - Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro sin mirarlo, le dijo: - Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después ... y haciendo una pausa agregó: - si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar. E... encantado, maestro - titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. - Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y al dárselo al muchacho, agregó: - Toma el caballo que está allá afue