Nos encanta la mentira La mentira le encanta al niño que no quiere escuchar su realidad, es el antidepresivo del soñador, la droga del político, la carnada del Casanova, el escape del fracasado, la esperanza del creyente, la amnesia del pueblo, la risa del poderoso. De la mentira se vive. La verdad nos tortura. Y no porque seamos indignos y cobardes. La verdad nos mata porque es insoportable. Es un veneno que nos quita el velo, trago a trago. Nos deja a afuera, nos confronta, nos obliga a destruir una parte nuestra... ¿Quieres triunfar en la ciudad de la sonrisa, en el averno de lo superficial y de las mentes codiciosas? ¡Miente!, a todos, a cada gente que diga “hola", a esos espejos de la calle que dictan verdad. ¿Vas a caminar en el fango, en el pesimismo, en la hiriente honestidad y en la claridad de la furia? ¡Finge! Si quieres ser amado, deberás mentir. Ser alguien más, ser alguien impropio, lisonjero, repetidor de frases