El
sistema en el que estamos inmersos nos ha impuesto desde nuestra
infancia unos modelos de comportamiento y unas creencias.
Nos
indican como debemos de ser y como no ser, pero este tener que ser
va mas allá puesto que nos esta indicando lo que es y no es
correcto, ( tengo que ser bueno, tengo que agradar a todos …),
estos “tener que” nos va creando un modelo interno y no solo se
nos impone dicho modelo sino que se nos juzga en base a él.
A
medida que vamos incorporando el modelo exterior este pasara a ser la
norma.
Si
bien necesitamos “modelos” para convivir, el problema es que ya
desde nuestra infancia y a través de la educación se nos valora y
se nos juzga en razón de……., así aprendemos a comportarnos del
“modo adecuado”.
En
definitiva se nos valora mas por el “modo de ser” que por el ser.
El
modelo impuesto, el culto a él, los hábitos adquiridos son
ingredientes que nos impiden nuestra evolución autónoma y
autentica.
Imagen vista en velos en faltas
Como
se forma el modelo y las creencias
Ya
hemos comentado que al educarnos se nos va diciendo lo que hay y no
hay que hacer, como hay que hacerlo.
No
tan solo lo aprendemos sino que vamos aceptando las ideas, sobre todo
se aprende que el único valor esta en el modo de ser, “él es
bueno o malo, inteligente o tonto”, esto son solamente “etiquetas”
que nos van poniendo y ponemos a los demás.
Se
nos enseña a ser a través de la mente no desde nuestro ser o yo
autentico.
Por
esta razón nos resulta tan difícil contestar la pregunta ¿Quien
soy yo?.
Consecuencias
de todo ello
Hay
una desconexión de nuestro yo (ser) y a la vez el exterior nos niega
seguridad, afecto, felicidad. Nos encontramos sin soporte en nosotros
mismos y sin el exterior, no encontramos totalmente aislados.
Aparece
la angustia.
Mental:
cuando creíamos que actuando según el modelo obtendríamos una
respuesta afirmativa, “ si hago lo que me dicen me aceptaran”,
cuando esto no se da, aparece la inseguridad, la información que
tenemos y parecía clara, falla, haciendo acto de presencia la
angustia mental o también la angustia de identidad y empezamos a
hacer preguntas como que tengo que hacer?
Sentimientos
de soledad y abandono: aparecen cuando damos pero desde el exterior
no recibimos el afecto ni la aprobación esperada.
Impotencia,
junto con la situación de inseguridad y abandono, somos incapaces de
hacer nada sintiéndonos impotentes para actuar.
Cuando
aparece la angustia siempre aparece en estos tres planos,
independientemente que sea mas importante uno u otro, dependiendo de
cada sujeto.
Actuación
frente a la situación de angustia
Si
se actúa desde la identidad, la solución pasa por crear un super
modelo, “ser totalmente complaciente”, se consigue atenuar
apareciendo la esperanza, lo convertiremos en un modelo futuro,
creyendo que si no se sigue, la angustia vuelve a aparecer, nos lleva
a crear una necesidad compulsiva, el individuo se siente “obligado”
a ser bueno, si no, la angustia reaparece .
Reacción
contraria, aparece la “rebeldía”, ante la situación de
rechazo, y en la medida en que el individuo siente rebeldía, la
angustia se atenúa, al vivir el rechazo se siente mas él mismo,
pero también hay una necesidad compulsiva, la de “oponerse”.
Cerrarse
al exterior, o huir, aquí el razonamiento seria “no puedo confiar,
todo falla, me retiro”, el individuo se inhibe y desconecta del
mundo externo.
Hemos
visto tres formas de vivir la angustia. Es importante aceptar que
forma parte de nosotros y que aparece en momentos en los que
experimentamos tensiones, reconocerlo es un paso para poder hacerle
frente, y es a partir de este momento cuando empieza el camino para
indagar quienes somos realmente.
Comentarios
Publicar un comentario